Reciba la bendición de la puerta abierta

Todo lo visible procede de lo invisible. Toda nuestra realidad procede del espíritu invisible. Por lo tanto, debemos discernir lo que es verdad y lo que es mentira. El diablo que nos perturba es invisible, mientras que las personas son visibles. Sin embargo, para seguir la verdad, luchamos contra el diablo invisible y no odiamos a las personas visibles. Por el contrario, rezamos por ellas. Cuando oramos de este modo, las puertas de la bendición se abrirán en última instancia.

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