La muerte de mi alma
Tras 17 años de ministerio en Corea, empecé a atender a inmigrantes en Estados Unidos. A través de mi iglesia, me enfrenté a muchas pruebas que me refinaron. Un día, una paciente de cáncer visitó mi oficina con su marido. Por su expresión y su estado físico, estaba claro que tenía graves problemas. Me contó…